Y ahora nos queda solo esperar la hora, contar los segundos con granos de arena,
detener el reloj es como dejar de respirar, no resulta, somos victima del tiempo, somos en potencia la muerte, la fila es larga, veo antes de mí mucha gente, hay un número adquiriendo tamaño en nuestras cabezas , al fondo hay un charco y en su contorno hay hombres y mujeres limpiando sus rostros , el agua es negra , el humo espeso, el cielo raso y en las laderas un camino lleno de amapolas grises, bichos oscuros, mermelada de magnolias , el silbido del viento es áspero como la guillotina , la saliva se detiene en mi garganta, al fondo hay un descenso híper- fatídico, la sangre se chamusca por mis venas, mis costillas se tullen, mi pelo ya no reconoce mi cráneo, ¿qué son esos zombis gritando a mi alrededor?,¿quiénes son esos rostros tan familiares?.